martes, 10 de enero de 2012

Color Humano I (1972) - Color Humano


Puntuación: 9+

Mejor tema: Humberto

Tracklist
01. Padre sol, madre sal
02. Sílbame oh cabeza
03. Larga vida al sol
04. El hachazo
05. Humberto
06. Introducción polenta


Color Humano se formo gracias a Edelmiro Molinari, quien, una vez disuelto Almendra, intentó formar el grupo Viento. Al fracasar en el intento, formó Color Humano junto a David Lebón en las baterías y los coros y a Rinaldo Rafanelli como bajista y corista.
  Con esta formación se grabó el disco homónimo del trío, que está repleto de blues-rock complejo, solos cargadísimos del gusto, la música y la pasión de Edelmiro, y algunos tintes pastorales y otros de guitarra clásica.

  El disco arranca muy liviano con Padre sol, madre sal, que es el único toque campestre en el disco. Guitarras acústicas con un sonido que deja que desear abren el tema arpegiando y acompañando coros apacibles que se repiten a lo largo de la canción. La letra posee sólo dos líneas, y vayámonos acustumbrándonos a esto: Edelmiro no era verdaderamente creativo a la hora de escribir poesía; y si lo era, se le ocurrían como máximo 6 líneas destacables. Un tema a mi gusto malo para abrir un disco.
  El LP sube de nivel increíblemente con Sílbame oh cabeza, candidato a lo mejor del disco. El tema empieza con Edelmiro recitando y a la vez cantando una melodía muy buena acompañada de punteos y acordes de guitarra al mejor estilo Molinari. Luego de la primera estrofa, la guitarra despliega su pasión terriblemente con un solo desgarrador. Lo mejor es cuando todo se silencia y queda Rafanelli punteando y dando lugar a las improvisaciones de Rodolfo García (olvidé decir que acá él es él que toca la batería) y el guitarrista, que suben lentamente la tensión y terminan en una selva percusiva. Es en esta canción donde el trío muestra la fuerza que tiene.  La lírica del tema es algo surrealista y expresa el deseo de Edelmiro de volver a ver una mujer.
  Larga vida al sol comienza con divagaciones de guitarra eléctrica que luego se transforman en un punteo lloroso que acompaña a un Edelmiro bohemio que luego toca un riff frenético con Rinaldo golpeteando hasta el cansancio. Me fascina cuando Edelmiro grita “¡Nubes blancas!” e improvisa magníficamente para terminar en un desastre instrumental que culmina el tema. Esta vez la letra es completamente surrealista, pero no es de muy buen nivel.
  El hachazo es el toque de guitarra clásica del que hablaba. Si bien no es puro, está muy influido por esta corriente. En síntesis, es una mezcla de clásico con blues. Cosas como el punteo inicial, el despliegue de acordes violentos y rápidos y la gran pasión que muestra Molinari para tocar hacen a este tema merecedor de reconocimiento. Aquí empieza la mejor seguidilla del disco.
  Humberto es magnífico. La melodía es disfrutable, los solos cargados de emoción, las baterías incansables y los bajos muy precisos e improvisados. Es la mejor muestra de Edelmiro como instrumentista junto con el tema predecesor. Aunque a veces nos parezca algo cansadora por su duración, esta canción es más que magnífica. Edelmiro se destaca como lo hizo en aquel famoso tema del disco debut de Almendra: Color humano. Sí, Molinari nos deja boquiabiertos con un sonido muy particular y unos punteos creativos. Un diamante en bruto.
  Introducción polenta es, como su título dice, muy “polenta” que compila riffs inolvidables. No pueden negar que los ostinatos que se presentan luego de la introducción son exaltadores, derrumbadores y poderosos. Es como para ponerse a saltar, llena al oyente de adredalina. Otra magnífica performance de todos los músicos cierra el disco con un highlight indudable.

  Si buscan un disco cargadísimo de sentimiento rockero, escuchen este. Si, en cambio, quieren un trabajo variado, mejor no lo oigan. No es que sea poco , pero lo predominante en este LP es el blues-rock influenciado por Hendrix. Lo demás es como una decoración, un accesorio.
   La guitarra de El hachazo tiene un sonido bastante crudo y algo desafinado, pero no creo que Edelmiro haga esto sin querer: si lo escuchamos tocar la eléctrica en otros temas nos damos cuenta de esto en seguida.

     

2 comentarios:

  1. Los vi en vivo... tenía 10 años de edad y mi viejo me llevaba a ver esos tremendos recitales... GRACIAS VIEJO POR HABERME INCULCADO ESA CULTURA MUSICAL.

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  2. Dios, ¡lo que habrá sido! Terrible grupo y encima uno viéndolo a los 10 años de edad... ¡Que suerte!

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