Puntuación: 9+
Mejor tema: Knots
Tracklist
01. The adventure of panurge
02. Raconteur troubadour
03. A cry for everyone
04. Knots
05. The boys in the band
06. Dog's life
07. Think of me with kindness
08. River
A ver… Octopus, tengo que confesarlo, es difícil de describir. Pasajes corales, guitarras rockeras, cortes medievales y riffs avasallantes se escuchan con un toque muy personal de sus compositores en Octopus.
Hay algo en este disco que llama la atención. La mayoría de sus canciones no llegan a ser del todo fuertes en materia de composición, son divagaciones. No digo que sea tan errante y raro como Trout Mask Replica o Lumpy Gravy (no llega a ser ni la mitad de lo que son esos discos), pero son todos temas cortos que desarrollan como máximo dos o tres ideas musicales y tienen casi siempre estructuras poco convencionales que a la vez son poco consistentes. Además, Octopus no pretende ser un compilado de suites magistrales. Ahora, el hecho de que esta obra sea así no quita puntos: al contrario, el LP logra un sonido muy llamativo, sobre todo para los amantes del progresivo.
The advent of panurge empieza con coros complejos y sutiles y una guitarra discreta. La peculiar masa de sonidos que se escucha después del minuto 1 y se repite al final es entusiasmante y los pianos son destacables. Las melodías son disfrutables, nada más.
Raconteur troubadour tiene arreglos orquestales muy buenos que a veces pueden hacerse monótonos, melodías agradables y teclados amistosos. Lo mejor viene después del minuto 1: 50, cuando se escuchan violines a los que se le suman teclados y pianos acompañando medievalmente y armando un hermoso ambiente que culmina con la aparición de las voces y unos pausados teclados disminuyendo su velocidad.
A cry for everyone se abalanza con una guitarra rockera y melodías excelentes. El puente del intermedio es magnífico, los pianos me fascinan y lo que se forma entre la guitarra y el hammond es dinámico y entretenido. Nada que perderse, el primer tema realmente consistente del disco. Al final se arma una mezcla ácida de guitarras y teclados tocando riffs fascinantes.
Unos coros extraños abren lo mejor del disco, Knots. Las voces, los xilófonos locos y los violines y saxos delirantes me encantan, y sonando todos juntos son más que excelentes. El riff de la segunda estrofa es maravilloso, y los coros hacen el aburrimiento imposible. Ni hablar del solo de xilofón con el piano maniático acompañándolo y sintetizando en ese acompañamiento lo que antes ejecutaban los vientos, cuerdas y percusiones. Los cortes vocales son tajantes, y esas melodías que después se mezclan forman una mezcla polifónica, fascinante y vigorosa extraordinaria.
Una moneda girando y una risa casual abren The boys in the band, que tiene un riff muy pegadizo, unas guitarras y teclados sutiles e improvisados geniales, y una batería inquieta. Cabe destacar el caudaloso riff de bajo y piano del medio junto con las guitarras con sonido nasal. Otro highlight.
Dog’s life comienza con un llamativo motivo de guitarra clásica que se repite varias veces a lo largo de la canción. El moog que acompaña a las voces en las estrofas tiene un sonido muy adecuado para su función y los arreglos orquestales son buenos. Nada demasiado destacable.
Think of me with kindness es una balada melosa con pianos reposados y una voz hermosa aportada por Minnear. Luego cambia, y se aproxima un corno con unos teclados caudalosos y unos coros bajos que luego se despliegan en un suspiro de Kerry. El final es muy bueno: a la melodía inicial se le agregan teclados caudalosos que forman un ambiente sublime.
River estaría número dos si tuviera que hacer un ranking de rockers del disco. Tiene una melodía loca muy buena, y un riff esquizoide acompañándola. Se escuchan pasajes tranquilos de voz, golpeteos desaforados de la batería, y un solo de guitarra excelente que hace todo todavía más rockero.
A diferencia de King Crimson (sólo por dar un ejemplo), Gentle Giant es un acto colectivo de composición. Todos salvo Green aportan algo, y esto hace que la música del grupo sea ecléctica.
Me impresiona la precisión que tienen los miembros del grupo para cantar: los coros son muy complejos y requieren maestría a la hora de tocar y cantar a la vez. En realidad, los miembros de Gentle Giant son muy buenos (y no sólo cantando), nada más que no lo demuestran. En ningún momento se le dio al guitarrista un espacio amplio para improvisar (salvo en River), o al tecladista un lugar para solear. Los músicos de la banda son exactos y con eso les basta. Podrían hacer más, seguramente, pero no quieren: la música que hacen en este disco no da para eso.
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