Kid A (2000) - Radiohead

Puntuación: 10

Mejor tema: How to disappear completely

Tracklist:
01. Everything in its right place
02. Kid A
03. The national anthem
04. How to disappear completely
05. Treefingers
06. Optimistic
07. In limbo
08. Idiotique
09. Morning bell
10. Motion picture soundtrack

Se tenían que volver locos. Luego de ser catalogados como "salvadores del rock" por la crítica que dos años antes los había ignorado con su fenomenal disco The Bends, la presión que se depositó en lo que sería el siguiente disco de Radiohead resultó asfixiante. Se esperaba algo maravilloso, que inaugure una nueva era para el rock, que expanda las fronteras de la música rock del nuevo siglo. 
Pero Radiohead tenía otros planes. El disco que tenemos aquí, Kid A (uno de los mejores títulos que jamás haya tenido un álbum), es un disco frío, despersonalizado, abstracto, electrónico y completamente inesperado. 
Se puede discutir sobre si efectivamente es novedoso o experimental. En realidad, no creo que a estas alturas se pueda hacer algo totalmente nuevo en el rock. ¿Me pueden decir alguna mezcla, algo que no se haya hecho aún? Sería necesario otro género completamente distinto. Pero recordemos que Radiohead era el grupo más famoso del planeta. Sacar un disco como Kid A en estas condiciones, era directamente un suicidio. Imaginen si Oasis hubiese sacado algo así después de Definitely Maybe. Esta movida es una verdadera locura, pero si de verdad Thom y sus amigos querían trascender, querían evolucionar y formar parte del panteón de los grandes, era necesario este cambio. Quedarse estancados en una misma fórmula no es lo que se pretende de un grupo excelente. 
Obviamente, fueron duramente criticados. La crítica, esa misma que los había ignorado hacía 5 años, que los había exaltado hacía solo 3 años, ahora volvía a darle la espalda. En la actualidad, esos mismos críticos aclaman a Kid A como el mejor disco del siglo. Ahh, qué volátil es la crítica. 
Hordas de fans de los inicios de Radiohead, huyeron espantados a escuchar nuevamente Pablo Honey y las copias que le aparecieron a Radiohead a principio de siglo (ejem, Coldplay, ejem). Estos tipos siguen dando vueltas por Internet, se los puede ver en cualquier blog que hable sobre Radiohead, magnificando a Pablo Honey y a The Bends y burlándose del nuevo rumbo tomado por la banda. Pobres ilusos. 
En fin, mientras Coldplay ganaba millones de premios y aclamaciones por su, hay que admitirlo, buen disco Parachutes, que era sólo una copia de las viejas baladas radioheadianas, Radiohead renegaba de las mismas y sacaba este disco. 
Un disco volado, obsesivo, atormentador y helado, con un concepto muy abstracto sobre la vida despersonalizada del nuevo siglo. La música refleja un abrupto cambio respecto de Ok Computer. Casi no hay guitarras, y si las hay cumplen funciones meramente de acompañamiento, de fondo si se quiere. De todos modos, tampoco es un disco puramente electrónico como muchos dicen. Los ritmos electrónicos se circunscriben a la primera mitad, en canciones como Everything In Its Right Place, Kid A o Treefingers. En la segunda mitad se retoman los instrumentos normales (salvo en Idioteque), pero nunca son usados de manera convencional, como en la hipnosis guitarrística de In Limbo o los teclados ácidos de Morning Bell. Además, en muchos casos la voz de Thom es tomada como un instrumento más, no protagonista sino formando parte de la textura (Everything In Its Right Place, Kid A o In Limbo). 
Y es que lo importante aqui, al igual que en su predecesor, siguen siendo las texturas. Son menos emocionales, más complejas y abstractas, pero sigue siendo un sonido fantástico, que te transporta a sitios, te hace ver cosas en tu mente. Tampoco es que la instrumentación desaparece del todo, pero toma funciones realmente atípicas, y aparecen un montón de instrumentos no convencionales que se subordinan al mando de los loops de sintetizador. 
Pero vamos con las canciones. La primera mitad es la más experimental y electrónica. Este disco fenomenal empieza con Everything In Its Right Place, que da la pauta de que estamos ante algo difícil. La forma en que empieza el disco, esas notas del teclado, son algo realmente genial. Pocas veces se vio un inicio tan atrapante, tan irresistible, tan enfermizamente placentero. Notas intergalácticas, que llevan a la canción, una canción sumamente atmosférica y experimental. No es más que unos teclados electrónicos acompañando a la voz de Thom (¿o al revés?), mejor dicho, a las voces de Thom, un montón de capas superpuestas que aparecen y desaparecen conjugando una experiencia fantástica y muy rara. La letra es algo muy dadaísta, con Thom afirmando que "todo está en su justo lugar", y que ayer despertó chupando un limón. Algo muy abstracto, pero se puede adivinar una idea de esquizofrenia en la persona. Y es que con una pieza tan extraña y chupando un limón, no creo que todo esté en su justo lugar. 
Lo que sigue, Kid A, es aún más electrónico y abstracto. Comienza con unas inocentes notas infantiles, con una vaga reminiscencia a No Surprises. Pero se adivina algo distinto, en esos efectos voladores del fondo y ese beat electrónico tan, como sería la palabra, "agujereador". Cuando comienza la parte cantada, es una verdadera locura. Una batería muy movida (casi de discoteca), con la voz de Thom casi irreconocible (fue modificada electrónicamente para lograr ese efecto de "niño down") balbuceando una melodía inconexa y rara. Hay un gran trabajo de Phil Selway aquí. El tema es sumamente experimental, y se transforma en adictivo con el tiempo. La letra es también extraña, con ciertos guiños al Flautista de Hamelin en ese genial "Rats and children follow me out of town". 
The National Anthem abre con un riff de bajo que siempre me recordó al tema del Chavo del Ocho (comienza muy parecido). Es otra pieza muy volada, con instrumentación realmente esquizofrénica y una melodía simple pero muy efectiva. La primera parte de la canción suele aburrirme un poco, pero luego los bronces entran con un muy buen riff, y en el final todo deviene en un verdadero caos con solos ultra agudos de trompeta que son verdaderamente fascinantes y esquizoides, emulando una desesperación inmensa. No la considero de las grandes piezas de Radiohead como algunos, pero es muy atrayente en su desorden. Su letra habla nuevamente del aislamiento en el mundo globalizado, donde todos estamos tan cerca pero a la vez tenemos tanto miedo. 
Luego llega mi canción favorita del álbum. How To Disappear Completely incurre en terrenos más convencionales. Es una balada sumamente atmosférica muy en la onda de Exit Music (For A Film), con una guitarra pastosa que suena de manera muy extraña y una melodía que en las primeras oídas no destaca mucho, pero que luego se convierte en algo increíblemente bello. Realmente se logra evocar la idea de estar pero a la vez no estar, del deseo de desaparecer con ese brillante "I'm not here, this isn't happening". Esto también se logra con los brillantes efectos electrónicos, parecidos al desplazamiento de inmensos bloques de hielo (algo así como en Bulletproof). No era muy fanático de esta canción, pero cuando la escuché con auriculares en una fría noche lluviosa...créanme, se siente el paraíso. 
Lo que sigue, Treefingers, es una música incidental y totalmente "muerta" que cumple como transición entre las dos partes del álbum. Puede sonar aburrida, pero es una especie de relajación antes de entrar en el mundo de la locura nuevamente. Además, es muy atmosférica y suma a la frialdad del disco, a la abstracción. En fin, si no le saqué puntos al White Album por Revolution 9, no le puedo restar a Kid A por Treefingers. 
La segunda parte es más "convencional". No es convencional del todo, y prácticamente cualquier tema de esta mitad en un disco como The Bends hubiese estado fuera de lugar, pero los temas tienen instrumentación convencional y estructuras más "normales", si se quiere. Abre con Optimistic. Esta canción si cuenta con batería, bajo y guitarras eléctricas. Es un rock muy hipnótico con una destacada percusión tribal, un estribillo muy bueno y algunos momentos rockeros alucinantes. Su letra es nuevamente perfecta, con un título que induce al "optimismo", pero una letra devastadora. Algunos dicen que el estribillo no es irónico, sino que es de verdad esperanzador, pero yo más bien creo que hay una fina sutileza, como un guiño a los optimistas irreversibles, que no se dan cuenta que el mundo está perdido. La frase "I'd really like to help you, man" es brillante. ¿Hay algo más falso que esa frase? ¿Cuántas de las personas que se excusan con "me gustaría ayudarte, pero no tengo tiempo/dinero/auto/etc" realmente lo ayudarían? Esa relación tan frívola entre los seres humanos, tan poco "humana", de no poder detenerse a ayudar al prójimo por estar más interesados en llegar temprano al trabajo o en comprar el nuevo celular. Un riff embriagador abre In Limbo, un levitante número muy atmosférico con un sinfín de guitarras eléctricas pero que no aturden para nada, sino que inducen a flotar por lo alto. Muy atmosférico y extraño, jamás había escuchado un tema parecido. 
Si te sentiste en los cielos, ahora te sentirás en el infierno con el frenesí alocado de Idioteque. Aquí si que se vendieron, hicieron una canción para bailar en los boliches. Pues bien, esto no es así. Es una canción indudablemente electrónica, con un loop verdaderamente adictivo, efectos electrónicos por doquier muy bien logrados y una atmósfera inquietante. La melodía es de las mejores del disco, con un estribillo fascinante. La letra es muy efectiva, hablando de una supuesta nueva era del hielo, una catástrofe más bien ficticia (pienso que habla de algún desastre provocado por el calentamiento global) donde todos se sorprenden y dicen "está esto pasando realmente?". El título se me antoja una ironía. Como dijo Sabina, "que el fin del mundo nos pille bailando" (¿quién se imaginaba una relación entre Joaquín y Kid A? ¿Nadie, eh?), y eso más o menos es lo que se quiere expresar. Una muy buena metáfora acerca de nuestra nula preocupación sobre el rumbo del mundo, y de cómo cuando se desencadene un desastre vamos a estar todos sorprendidos y expiando culpas. 
El final se acerca con Morning Bell, con una batería decididamente enfermiza, teclados sanguinarios y una melodía colosal y magnífica, además de, como es costumbre, una voz excepcional de Thom. La letra habla de un divorcio, con esa escalofriante imagen de "Cut the kids in the half", aunque yendo más lejos se podría adivinar una especie de separación de la persona alienada de The National Anthem con el resto de la sociedad. Luego de sufrir salvajemente en Idioteque, se da cuenta de que ya no pertenece más al mundo, y corta el cordón umbilical. 
El último tema, Motion Picture Soundtrack, es una balada que intenta recuperar el espíritu romántico de las viejas películas de Disney. Cuenta con una gran melodía con un estribillo precioso, arreglos infinitamente bellos de arpas y órganos y una ternura que se irradia a lo largo de todo el tema. El final, con ese "I will see you in the next life", es el mejor final posible para el disco. La letra se puede tomar como una evocación a una amante, pero yo más bien la tomo como una crítica a la típica vida mediocre de la clase media, que trata de llenar su vacía e insignificante existencia con "red wine, sleeping pills, cheap sex and sad films", algo muy real y muy acertado. El estribillo es donde el ser del que habíamos hablado se despide de nosotros y de la sociedad, diciendo que estamos todos locos, y que tal vez nos vuelva a ver más tarde, cuando hayamos cambiado. Brillante final para un brillante disco.
En fin, un disco increíble, muy volado, abstracto, raro y alocado. Un disco frío perfecto para recibir el siglo, que finaliza la primer trilogía de grandes clásicos de Radiohead (The Bends, Ok Computer y Kid A). Actualmente están nuevamente rondando ese nivel superlativo, en sus dos últimos discos.En fin, un 10- absoluto.