viernes, 30 de marzo de 2012
Odessey and oracle (1968) - The Zombies
Puntuación: 9
Mejor tema: A rose for Emily o Time of the season
Tracklist
01. Care of cell 44
02. A rose for Emily
03. Maybe after he's gone
04. Beechwood parck
05. Brief candles
06. Hung up on a dream
07. Changes
08. I want her she wants me
09. This will be our year
10. Butchers tale (western front 1914)
11. Friens of mine
12. Time to season
Un disco hermoso por donde se lo mire. Los Zombies pasaron injustamente inadvertidos en su tiempo, pero luego los fanáticos del rock en general fueron revalorizando a la banda, y sobre todo a este disco que estoy revisando, Odessey And Oracle. ¿Qué es lo que pueden encontrar aquí? Pop, pop y más pop. Si no les gusta ese género, más vale ni se acerquen a este disco, ¿ok?
Continuamos. En 1968 ya la psicodelia estaba en franco retroceso, y comenzaba una especie de "revival" del roots-rock. Los Zombies estaban por ahí metidos, olvidados y sin que nadie les prestara mucha atención, y sin que ellos tampoco prestaran mucha atención a los demás. Este grupo forma parte de los (pocos) grupos que hicieron pop durante la segunda etapa de los 60, como The Left Banke o, si se quiere, The Mamas And The Papas. Influencias de los Beatles y, sobre todo, de Pet Sounds y de los Beach Boys, basándose más en órganos y demás que en las guitarras eléctricas.
Pop genuino. Nada de pop/rock como los Beatles, ya que esto no tiene casi nada de rock. Las etiquetas de RYM dicen que esto es "Baroque pop" pero yo no lo veo tan así. The Left Banke, por ejemplo, sí podría serlo, con orquestaciones más evidentes, oboes, flautas y demás. Odessey And Oracle tiene influencias clásicas, más que nada en algunos coros y en los teclados, pero en ningún momento deja de sonar como una banda con bajo, teclados y batería.
Sí, el teclado reemplazando a la guitarra. Sin contar la introducción acústica de Maybe After He's Gone, prácticamente no existen, y si lo hacen, no ofrecen de ninguna manera riffs, solos o algo que se les parezca. Tomen la guitarra de Beechwood Park y verán de lo que hablo: acordes suaves, reposados y gentiles. El único instrumento protagónico aquí es el teclado (piano, órgano, mellotron) de Rod Argent. Y vaya si lo hace bien. Los arreglos de pianos en este disco son la definición perfecta de belleza. Cada nota, cada sonido es una catarata de melodía, disfrute y placer. Los pianos de A Rose For Emily o Brief Candles, el órgano etéreo de Beechwood Park, el órgano psicodélico de Time Of The Season, la melodía de piano estremecedora y emotiva de Hung Up On A Dream. ¿Hace falta agregar algo más? Sumémosle la voz preciosa de Colin Blunstone y un puñado de los coros más excelsos, delicados y etéreos jamás grabados, y el resultado es apabullante.
Todo aquí suena celestial. Es pop, sí. Es liviano...digamos que sí. Pero no es un pop común. Es pop con una enorme dosis extra de belleza, exuberancia y placer.
Tampoco es que todo en este álbum es así, nada de eso. Tenemos algunas cosas africanas o tribales, canciones más beatle con vientos, algunos mesurados solos de psicodelia y hasta una épica oscura con acordeón. No es la obra maestra de la versatilidad pero tampoco es que cada pieza es una obra maestra del pop cantada por ángeles.
Además, ¡a quién le importa la monotonía cuando las canciones son tan condenadamente buenas! Prácticamente todas las canciones poseen melodías brillantes. Todo esto puede abrumar y tornarse demasiado empalagoso, pero puedo afirmar sin lugar a dudas que esta es una obra maestra de puro pop. Genuino, romántico, pero por sobre todas las cosas, hermoso.
El disco abre con Care Of Cell 44, una gema pop. Es liviana, sí, pero ¡ay! ¡Es tan irresistible! El sensacional riff de piano, el bajo sutil repitiéndolo entre verso y verso, las deliciosas orquestas florecientes y sobre todo, la melodía. Es buena en los versos, pero lo mejor es el estribillo. Por un momento los instrumentos se callan y escuchamos unos coros cantando "Mmm bom, mmm bom, mmm bom mmm mmm bom". Y sin que nadie nos avise, llega el arrebatador estribillo, iluminándonos con su luz celestial. "¡Feels so good you're coming home soon!". Brillante. La letra habla de una mujer que le escribe una carta a su amado encerrado en la cárcel, diciendo que dentro de poco se volverán a ver y todo será felicidad.
Pero aún más brillante es la canción que sigue, A Rose For Emily, una balada de piano tan hermosa, tan dulce, tan subyugante, que no puedo menos que llorar. El acompañamiento es minimalista, con tan sólo un piano, y sólo eso basta para hacernos llorar. La melodía que canta Colin es preciosa, y es de esas que parece que existieron siempre, que suenan casi obvias de lo hermosas que son. No obstante, nuevamente el estribillo se roba los flashes, con una entrada apabullante y magistral de los coros más etéreos que hayan sonado jamás. La letra es bastante cruel, ya que habla de una chica que posee un rosal y ve todo el tiempo cómo los amantes se llevan rosas unos a otros, y nadie le lleva a ella. El estribillo dice "Emily, can't you see / There's nothing you can do? /There's loving everywhere/ But none for you". Al final, Emily crece y muere, y nadie le lleva rosas tampoco a su tumba.
Para cortar con tanto romanticismo (lo dulce no quita la sed (?)) llega [bMaybe After He's Gone[/b]. Bah, en realidad sigue siendo pop, sólo que los versos de guitarra acústica con esos tambores solemnes pueden confundir un poco. A su favor la canción cuenta con otro estribillo perfecto y un puente melódico conmovedor y sublime, tan bello que no se puede describir con palabras (All the days and all the nights...). Imaginen un pichón aprendiendo a volar y posándose sobre una flor (ya sé que no es posible, pero bueno) en un amanecer despejado en el medio de un bosque patagónico. ¡Ahhh! Que ninguno de mis amigos lea esto porque perdería toda mi reputación...tampoco es que tenga una, pero igualmente sirve la idea.
Beechwood Park introduce algo de variedad, con un riff sobrio y etéreo de bajo y órgano. La melodía y los coros son nuevamente preciosos, y el puente melódico de "Oh roads in my mind..." es nuevamente fantástico. La letra es hermosa, rememorando los antiguos veranos "dorados" en el Parque de Beechwood, donde "contaban las estrellas y dejaban que la brisa les bese el rostro".
A continuación viene otra apabullante catarata melódica con Brief Candles, que cuenta con un riff de piano subyugante y un estribillo que aparece de la nada y nos atropella con su excelsa melodía.
Para terminar este perfecto lado A, tenemos Hung Up On A Dream. La melodía etérea de piano con la que comienza es realmente evocadora. Además, posee una sección media sencillamente brillante, con una guitarra eléctrica subyugante y orquestaciones épicas. Todo esto sin contar los coros, tan bellos como siempre. ¡Me estoy quedando sin adjetivos!
El lado B comienza con la peor canción del disco, Changes. Es algo monótona, y no tiene ningún gancho melódico atrapante (aunque tal vez esa especie de estribillo de "I knew her when summer was her crown" se pegue en tu mente). Sin embargo no es del todo mala, ya que las armonías vocales son bastante interesantes e introduce algo de variedad con su innegable influencia africana. ¡Además posee una flauta! ¿A quién no le gustan las flautas?
I Want Her She Wants Me tampoco es tan remarcable, es simplemente un número pop juguetón con una linda melodía y un puente algo más enérgico y arrebatador. Los coros, no obstante, elevan el nivel de la canción sustancialmente.
Para recuperar el nivel brillante, nada mejor que This Will Be Our Year, la pieza más beatle de todo el disco, con unos vientos y un piano al estilo Penny Lane. La melodía es nuevamente sobrecogedora, los bronces son una novedosa y genial idea y el puente es nuevamente estremecedor (And I won't forget the way you held me up when I was down).
Después llega lo más extraño del disco, Butcher's Tale (Western Front 1914). Se trata de una pieza épica muy oscura y atípica para lo que venía siendo el álbum. El acompañamiento consta tan sólo de un ¡acordeón!, que escolta a Colin cantando de manera terrorífica y abrumadora. El estribillo es sensacional, ya que Colin sube el volumen y se pone a gritar de manera feroz "And I can't stop shaking / My hands won't stop shaking" para culminar todo en una súplica lamentosa (I want to go home / Please let me go home). La letra escapa a los poemas de amor, y se trata de un poema anti-bélico en donde el protagonista relata como el "predicador" (quizás un político) impulsó la masacre, pero él está seguro de que el sermoneador sí puede dormir a la noche porque no debe sentir los disparos. El estribillo es estremecedor, con el protagonista diciendo que sus manos, sus brazos y todo su cuerpo no puede dejar de temblar y estremecerse, y pide que lo lleven a casa.
Pero después viene Friends Of Mine y tira toda la atmósfera oscura a los suelos con la que tal vez sea la pieza más ingenua y tonta que jamás haya oído. Un pop irresistiblemente juvenil con una melodía tonta y pegadiza, una letra simplísima sobre parejas que se quieren y sobre cómo el narrador esta feliz de ver a sus amigos amándose. La sección final exclama "It feels so good to know two people so in love" y luego nombra a todas las parejas con nombres escolares. "Joyce and Terry / Paul and Molly / Liz and Brian / Joy and David / Kim and Maggie / June and Daffy / Jean and Jim / And Jim and Christine". ¿Hay algo más estúpidamente divertido que esto?
El disco no podía terminar así, por lo que los Zombies insertaron su único éxito, Time Of The Season, un tema sencillamente genial. Abre con un riff de bajo algo funky y unas exclamaciones guturales irresistibles que derivan en una sección más pop (To take you in the sun to promise lands). Todo desemboca en un estribillo celestial, con una masa coral atípica y hasta espantosamente preciosa (It's the time of the season for loving!). Para rematar todo, el tema cuenta con unos solos realmente psicodélicos y fumados de órgano que desvanecen la canción. Pasamos así por funk, pop, coros celestiales y psicodelia jazzera en tan sólo 3 minutos y medio. ¿Alguien dijo genio por ahí?
En fin. Si juzgara este disco sólo por sus canciones, se llevaría un 10 absoluto. No obstante, el hecho de su liviandad y de que se mantenga uniforme en ese aspecto, no me deja ponerle más que un 9. Pero es tan sólo una pizca: no escuchar esto jamás sería un serio error en la vida de cualquier mortal. ¿Ya dije que es hermoso? No importa, lo repito de nuevo: un disco hermoso, celestial y brillante. Una torta de chocolate en forma de álbum. Un 9-.
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