Puntuación: 9+
Mejor tema: ¿Dónde está el topacio?
Tracklist
01. Viento del azur
02. Telgopor
03. Viejas mascarillas
04. A 18’ del sol
05. Canción para los días de la vida
06. Toda la vida tiene música hoy
07. ¿Dónde está el topacio?
08. La eternidad imaginaria
A 18’ del sol es de los mejores discos concebidos por nuestro rock nacional. Si señores, se aproxima al nivel de discos del Flaco como Almendra, Artaud, Desatormentándonos y demás obras maestras. Tal vez no tenga una seguidilla de highlights supremos, pero contiene las atmósferas más delicadas jamás escuchadas.
Luis, dentro de su etapa jazz-rock, también tiene otras sub-etapas: cuando el jazz-rock es más rock que jazz; y cuando el jazz-rock es más jazz que rock. La primera es indudablemente la parte Invisible, pero la segunda está comprendida solamente por este disco.
Viento del azur es un jazz con muy buena melodía cantada, que tiene un sonido de guitarra muy especial, junto con grandes teclados de Rappaport (infaltable en este LP). Spinetta aporta excelentes improvisaciones.
Telgopor es el primer instrumental que nos brinda el disco. No es tan destacable como el tema homónimo, pero sin embargo es disfrutable. Otra vez las guitarras aportadas por Spinetta son perfectas, y la batería y el bajo aportan un clima dinámico que caracteriza a este trabajo. Lo único criticable en este tema es el detestable sonido que utiliza el sintetizador en su primera improvisación.
Viejas mascarillas es otro número que aporta mucho a la hermosa atmósfera que nombre antes. Esta canción sumerge a uno en un volátil y flotante mar de guitarras y teclados. Igualmente, no deja de ser un tema inferior a sus antecesores.
A 18’ del sol tiene una introducción maravillosa con una guitarra acústica acompañada de piano que da una atmósfera tanguera y romántica. Esta es una composición en que todo instrumento merece estar nombrado como fundamental. Ningún instrumentista es malo, y así logran una impresionante obra. Algo que me encanta son los acordes sueltos que toca la guitarra acompañando del teclado. El solo de ésta a posee un sonido impresionante y un timbre tan brillante como el de la trompeta. Sin duda Rappaport y Spinetta son los grandes solistas, pero la base hace un espléndido trabajo soportando al resto de la banda.
El tema anterior terminó, y una guitarra acústica llorosa nos invade el alma. Ésta si que es una canción deprimente y melancólica, y es Canción para los días de la vida un tema con una parte de voz muy delicada, acompañada de una genial poesía. Es fantástico cuando entra la otra guitarra acústica, que parece que se había guardado un grito doloroso por mucho tiempo, y se decide a soltarlo en un preciso remate. Muchas personas acusan a la canción de monótona, pero teniendo una melodía tan bella, esta acusación pasa a ser más buena que otra cosa. Además, los agregados que se escuchan por encima del acompañamiento, aportan pequeños detalles que hacen que el aburrimiento sea imposible. Todas estas características hacen a éste número un reposo acústico de todo el jazz-fusión.
Toda la vida tiene música hoy es un tema que tiene una gran melodía e impresionantes improvisaciones en el medio. No hace falta decir que los solos son espectaculares y que los músicos se lucen nuevamente, ¿no? Me encanta la gran suspensión que se produce al separar la parte cantada de la improvisada. Otra pieza de oro en el disco.
¿Dónde está el topacio? Es otro tema al estilo del anterior: una genial melodía, impecable instrumentación, y una erizante atmósfera conjugan la receta perfecta para lo mejor del disco. Otra cosa a destacar es el buenísimo estribillo de la canción, muy místico y llevadero.
Para concluir esta majestuosa obra viene La eternidad imaginaria, un tema con una extraña melodía que hace especial a la canción. Los pequeños aportes de guitarra tienen nuevamente un genial efecto que conjuga un sonido muy brillante. Este tema no alcanza el nivel de otros grandes del disco, pero sin embargo es disfrutable, y está muy bien elegido como final de éste.
En síntesis: A 18’ del sol es un disco con predominio estilístico del jazz-rock, con grandes e impecables atmósferas. No está plagado de geniales temas, pero sin embargo tiene una preciosa sensación que convierte al LP en una preciosidad. Además, esta vez la voz del Flaco se destaca como nunca. Sus vibrattos son perfectos: no son exagerados, y comienzan siempre en el final de las notas largas. La afinación es perfecta y la ejecución guitarrística impecable. Luis Alberto nos demuestra nuevamente el gran músico que es. Ya expliqué porque no voy a ponerle 10 al disco, pero éste en general es brillante, y se merece la calificación de 9+.
0 comentarios?? Anda...
ResponderEliminarHermoso disco, compre este Lonplei el verano pasado a $100
Guybrush.
Que lindo sería tener el LP....
EliminarDe los mejores discos que el flaco realizó
ResponderEliminarTremendísimo
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